El Educador Teatrero

Wednesday, September 26, 2007

Desacertada la propuesta musical de "Grease"


Septiembre 23, 2007
Santurce, Puerto Rico


Este fi
n de semana subió a escena una nueva revisión del musical Grease bajo la dirección de Sonia Valentín. La obra musical se convirtió de una comedia a una tragedia teatral donde los asesinos fueron los integrantes del Reality Show Objetivo Fama de todas sus ediciones. Este musical subió a escena por primera vez en 1971 y ha sido uno de los musicales más exitosos de Broadway de todos los tiempos y ha tenido varios remontajes y hasta una versión fílmica. En Puerto Rico ya se había anteriormente hecho un montaje de este musical hace unos años.

Esta versión subió a escena el fin e semana pasado en el escenario más importante del país, el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en la Sala de Festivales. La obra sabía que iba a ser una desilusión desde que uno de los empleados de la producción quiso cobrar por darme un programa de la obra. Cosas como esta no se ven ni siquiera en Broadway, esta gente tiene auspiciadores que ni botándolos se acaban o ¿acaso Univision no les dio suficiente dinero para pagar los programas?

Las actuaciones, en su mayoría, parecían de estudiantes de escuela elemental, y no de superior como sugiere la trama. Lamentablemente la dirección de la obra estuvo desenfocada y sin ninguna lógica evidente. Comencemos con los protagonistas Víctor Santiago (Danny) y Jenilka Giusty (Sandy), que por su parte estuvieron fatal. La falta de capacidad histriónica de estos pseudo actores puso al público a tratar de entender la trama y de sufrir cada una de sus mediocres escenas. Por parte de las chicas el resto del elenco siguió el desastre teatral con Patricia Contreras (Marty), Melanie Figueroa (Jan), Lían Machín (Frenchy) y Lizmarie Goldilla (Patty). La parte de los muchachos Arquímedes González tuvo a cargo de traer a escena al magnífico Kenickie, el pobre muchacho no tenía la agilidad para el personaje que le dieron, parecía que tenía dos sacos de papas en los pies porque estaba súper pesado en todos sus números y para acabar de rematar su micrófono tuvo problemas durante toda la función. Sus actuaciones fueron tan pobres que a veces ni se entendía lo que decían.

Las únicas actuaciones que valieron la pena fueron las de Rizzo, interpretada excelentemente por Yezmín Luzzed que le dio un respiro a las pocas personas que fueron allí en busca de un buen teatro. Otras actuaciones muy acertadas las dieron los veteranos en las tablas Carlos Estéban Fonseca y Aida Encarnación.

A pesar de todo esto la producción tuvo unos números memorables, y son los siguientes: la participación del joven Tony Cordero en su papel de Doddy y su canción, la excelente participación del cantante Iván López en su cameo como Teen Angel en el cual interpretó la canción “Beauty School Drop-out” que fue uno de los números más aplaudidos de la noche. Y finalmente la participación de Esteban Nuñez en su papel del Johnny Casino.

La iluminación y la escenografía estuvieron excelentes y al nivel de una obra musical como esta. El sonido tuvo muchos problemas de retroalimentación y de volumen y afectó además a las ya pobres actuaciones. La orquesta por su parte estuvo excelente bajo la dirección magistral de Carlos Cruz.

Es lamentable que la productora de esta obra sea una de las luminarias del teatro puertorriqueño Alba Nydia Díaz, quién ha sido asociada, casi siempre, con las mejores producciones del país. Esta obra se queda corta en muchos aspectos debido principalmente a malas decisiones en cuestión de producción y selección de elenco.

En conclusión, los muchachos de Objetivo Fama en Grease cantaron muy bien, pero de ahí a tener las herramientas para hacer una producción de este calibre funcionar se quedaron cortos, pero por mucho. Talento a cantar no necesariamente se traduce en habilidad de actuar y bailar y mucho menos en poder hacer las tres cosas a la vez. Yo sugiero entonces el cambio de nombre de la obra a Grease… Un musical lleno de desilusión.

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